La actriz,directora y productora Blanca Portillo ha obtenido el Premio Nacional de Teatro correspondiente a 2012. El galardón es concedido anualmente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y está dotado con 30.000 euros.
"Su amplia y variada trayectoria profesional, su valentía al asumir nuevos retos escénicos y su defensa del teatro como compromiso con la sociedad". Por esas razones, entre otras, el jurado ha concedido el galardón a Portillo, como se explica en un comunicado del ministerio.
Minutos después de enterarse de que le habían concedido el galardón, Portillo ha contado que su primera sensación ha sido no creérselo: “Luego me he sentido muy muy pequeña, y me ha venido a la cabeza el día que terminé los estudios en la Escuela de Arte Dramático y le dije a mi gran maestro Pepe Estruch: ‘¿Y ahora qué?’. El me abrazó y sólo me dijo: ‘Ahora aguanta”. La actriz aguantó, aunque hubo algún momento en que estuvo a punto de tirar la toalla. Hace unos lustros pensó cambiar de oficio y le salvó participar en el Marat Sade de Narros con un papel casi de figuración, haciendo una loquita. “Ahora que han pasado años y miro hacia atrás, nunca, ni en mis mejores sueños, podía imaginarme lo que ha pasado y a dónde he llegado”, defiende la actriz.
Tiene claro que ella es producto de todos sus maestros entre los cuales siempre destaca, después de Estruch, a José Luis Gómez, Jorge Lavelli y Tomaz Pandur. “Llevamos mucho tiempo luchando por cosas, no puedo evitar dedicarle el premio a ellos y a toda la gente con la que he trabajado. Soy el producto de todos ellos”, señala Portillo, que tiene claro, clarísimo, que no eliminaría nada de lo que ha hecho y la ha hecho en su trayectoria profesional: “Es más, las cosas malas que me han ocurrido han sido de lo más fructíferas, porque se aprende mucho cometiendo errores y sabiendo cuando eliges mal un camino o cuando te llevan por un camino que no es el que deseas; no tengo más remedio que confesar que estoy muy orgullosa de mi carrera en la que he tenido el privilegio de definir todo con plena conciencia, no borraría nada de ella”.
La actriz aprovecha el galardón para lanzar su homenaje al teatro: “En principio pensaba en la gente que desde los comienzos creyó en mí y que no ha habido ni un solo día que no me hayan apoyado, pero dado los momentos que hemos vivido y vivimos en el mundo de la cultura, tan de capa caída, se lo quiero dedicar al teatro y a su misión de seguir moviendo conciencias y corazones”.
Incluso el dinero que le van a entregar irá también a parar a alguna de sus muchas producciones que aborda; eso sí, quitando una cantidad para unas gambas. “Me entusiasma que me lo hayan dado un día que tengo función y puedo compartirlo con el público, con los que sepan que me lo han dado y con los que no lo sepan”. Para ella esta función de La vida es sueño, de Calderón con dirección de Helena Pimenta, que representa en el Teatro Pavón y para la cual no hay entradas desde hace tiempo. Está siendo muy especial todos los días, desde que la estrenó con la Compañía Nacional de Teatro Clásico este verano en el Festival de Almagro: “Pero hoy tendrá un componente emocional muy fuerte, voy a estar contenta y feliz, va a ser una función con una dosis superior de emoción”.
De hecho, La vida es sueño, junto con "su aportación en recientes espectáculos como Medea o Hamlet, ambas de 2009; Paseo romántico (2010); La avería o Antígona (2011)" han influido en la decisión del jurado, según el comunicado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.